Cosas... para escapar

jueves, 12 de julio de 2012

Nuevos planes de escapismo. Actualización 2012.

Este blog empezó hace ya algún tiempo con ganas de ser una pequeña ventana de escape de los problemas y preguntas que tienen que ver con el ser humano en planos más bien metafísicos, más bien"elevados". La reflexión descarnada sobre esos problemas del yo y el dónde de un post-adolescente ciertamente perdido iban en otro sitio.

Muchos de los que me conocen saben que en su momento fui un experto en huidas. Me escape  rápidamente con 18 añitos de mi humilde y bella ciudad de provincias para irme a una un poco más grande. Y lejos de todo aquello aprendes, desaprendes y vuelves a aprender.

Pero todo eso lo hice porque quise. En mi búsqueda del yo interior que no era más que un camino de autorreconocimiento. Al fin y al cabo había entrado a la carrera que quería, en la ciudad que quería y con un futuro prometedor en una carrera que parecía con solera y raigambre y trabajo a espuertas. Sí, era el 2006 y empecé arquitectura.

Ahora no me lamentaré de la elección, ni de la dificultad de los estudios, ni tan siquiera de sus perspectivas laborales, inexistentes claro. Me voy a quejar del incierto horizonte para un joven español. Muchos bromean con que los jóvenes si tenemos salidas: por tierra, mar o aire.

A mí me gustan mis vías de escape. Mis planes de escapismo. Pero hoy en día el planeamiento social casi exige que los jóvenes pensemos en una huida, no obligados del todo, pero casi. Aprendiendo lenguajes mordorianos (con su encanto, no lo niego), formándonos mejor que nunca para ser competitivos... Pero viendo nuestro futuro fuera. En un país por conocer, que no es el nuestro y en el que siempre seremos forasteros. Mientras tanto aquí seguirá este país fraticida y exótico llamado España, aunque no puedo asegurar por cuanto tiempo, perdiendo, como siempre, a sus lumbreras, a su masa crítica, a su músculo joven, y lo que es más importante, el tiempo de unos cuantos millones de personas. Y mis planes de huida y escapismo ya no son de ensimismamiento metafísico sino más físicos y reales que nunca.